Atención: Algunas confesiones pueden contener material inapropiado para menores de edad o pueden herir susceptibilidades. Se recomienda leer bajo su propia discreción.
Me despierto, lavo mi cara, y me apresuró para no llegar tarde al colegio, pues es el primer día
y no quiero llegar tarde al primer día de mi secundaria.
En el auto sólo me surgen muchas preguntas, no sé si son nervios, miedo, alegría o algún mal presentimiento.
Llegamos y mi padre me deja en la entrada, doy el primer paso y siento un escalofrío recorrer mi cuerpo.
La directora del colegio me indica dónde está mi salón y subo unas pequeñas escaleras para llegar a él.
Entro y sólo miro a los pocos nuevos compañeros que ya habían llegado, me siento en una banca y en silencio comienzo a observar todo lo que está a mi alrededor.
El tiempo pasa de volada y llega la hora del receso donde comienzan a surgir las dudas y el interés.
Una niña nos invita a los compañeros nuevos a pasar el receso con ella y sus dos amigas.
Nos sentamos formando un círculo en el cual se hacía un silencio muy incómodo, nadie hablaba, nadie se conocía, hasta que ella deshace el silencio y pregunta: ¿Por qué no hablan?
A lo cual una de las niñas contestó: porque estamos comiendo.
El receso termina y al subir de nuevo al salón mis ojos buscan a la chica del receso.
Una vez la encuentro comienzo a observarla detenidamente y a analizarla.
Pasan unos cuantos días y ella se está convirtiendo en una de mis nuevas amigas.
Junto con otras dos chicas.
Pero ella tiene algo muy especial y único que hace que me encariñe más y más.
Pasan los meses y ella es una de mis dos mejores amigas.
Llegan los últimos dos meses del primer año de secundaria y mis sentimientos explotan.
No puede ser, ella me empieza a gustar, me estoy enamorando, pero no puede ser. ¿Cómo pasó esto? ¿Por qué ella? Surgen demasiadas preguntas en mi cabeza. Llega el último día de clases y no me atrevo a decirselo.
No lo pude hacer no lo logré, comienzo a reprimir mis sentimientos. Llega un nuevo año y ahora estoy en segundo de secundaria entrando el primer día, corro y hablo con mi mejor amiga *______*, le cuento todo lo que pasó y que me he enamorado de (—–). Ella solo me dice que no es así, que solamente me pasa eso porque es una de mis mejores amigas y la quiero mucho.
Pasan los días y los meses hasta que por fin me atrevo a decirle a (—–) que estoy enamorada de ella.
A lo cual ella solo se incomoda pero nada cambia todo sigue igual (para ella).
Comienzo a notar varios silencios incómodos. Para mí ya no era lo mismo, ella era diferente conmigo desde que le confesé todo.
Me empiezo a alejar y ella de mí, solo me hago más daño y ella sin saber también me hace daño a mi.
-Anónim@
Arte por Chinacat66
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Creo que no debes cohibirte de expresar lo que sientes. Sin embargo, no se si ya lo hiciste pero deberias hablar con tus padres para que ellos te orienten. No tienes porque hacerte daño. Estamos en el siglo XXI ya es normal que personas del mismo sexo se atraigan. Y si sentías cosas por tu amiga y ella ya no quiere mas tu amistad no te sientas mal, algunas personas juzgan mucho sin saber las razones asi que no vale la pena desgastar su cariño hacia aquellos que tienen aun sus ojos vendados.
Es importante que seas paciente con tus sentimientos. No dejes que una idea te consuma, te atormente al punto de no dedicarte a otros aspectos de tu vida. Ten muchas amistades. Ten amigos, ten amigas. Estoy seguro de que te ayudará intentar salir de ti misma y descubrir que tus sentimientos pueden dirigirse a muchos otros lugares muy positivos o también a muchas otras personas. Pero debes aceptar el reto: al inicio será difícil tomar la decisión, sobre todo porque parecerá que es el camino equivocado y que no te llenará. No te preocupes, hazlo de cualquier manera, aunque tuvieras miedo. Sé paciente con tus sentimientos. Si intentas abrir los ojos, podrás encontrarte con muchas sorpresas que quizá ni siquiera imaginaste que existían.