Hola a todos, soy una chica de 22 años y hasta hace unos meses me consideraba heterosexual.
La historia es la siguiente: hace unos meses, una de mis mejores amigas me solicitó ayuda en un trabajo de una semana. Mi amiga y yo vivimos en dos ciudades distintas, como a una hora de distancia.
Confesiones
Pequeñas confesiones #01
Hola, soy señorita-azul y me siento sola. Cada vez que voy con mi grupo de «amigos» me hacen sentir que solo hay que hacer lo que ellos quieren y piden una opinión pero ni la escuchan. Siempre se va donde ellos quieren, sobre todo porque son los que tienen coche.
Muros
Tengo 21 años, casi 22, estudio el séptimo semestre de una carrera y el primer semestre de otra. Trabajo en las mañanas mientras lucho por recordar quién era. Voy a una clase extra entre el trabajo y la escuela. Solía sonreír a cada instante, solía ser coqueta, solía tener un cuerpo maravilloso, hoy solo trato que me alcance el cuerpo para seguir adelante. ¿Hasta dónde? No lo sé, aún no lo sé.
Desde Santiago
Mi historia es de muchos altos y bajos, de alegrías y tristezas. Nunca he escrito pero sentí en mi corazón que debía hacerlo. Me casé muy pequeña, a los 14 años, y sufrí calamidades y horrible maltrato junto con mis hijos.
Amar el alma
Empecemos con que nací en una familia conservadora, muy creyente en Dios, en la que tener una orientación sexual diferente es peor que la mayor desgracia.
Payaso triste
Soy de esas pocas personas que nacimos para ayudar y hacer felices a quienes nos rodean. Si bien hubo un tiempo en el que hacer feliz a otra persona bastaba para seguir
Llegando a mis 30 años
Últimamente, ya llegando a mis 30 años, he sentido más presión sobre mis hombros. En una comunidad en la que prima el machismo, desde pequeña te enseñan a jugar con la plancha y las ollas, primero sirven en la mesa a los hombres y no se puede ser una mujer completa si no te casas y tienes una familia, porque quién va ver de ti cuando estés vieja y no hay cosa más terrible que llegar a la tercera edad sola.
La rebelión de la hija sumisa
Tuve una pelea familiar muy fuerte ya que hace varios días me había cansado de cómo me trataba mi hermana mayor. Opté por no hablarle ni a ella ni a mis tías cuando me preguntaban X cosa o me hablaban, yo simplemente las ignoraba.
¿A qué jugamos?
El tipo con el que ahora “andaba” acababa de salir de una relación larga y estable, de esas donde los cogen de pendejos, les ponen a criar chinos ajenos y se avergüenzan de sus características físicas, de esas. El cuento es que después de tantas salidas y de declararnos un gusto mutuo, decidió lanzarse al ruedo; todo perfecto hasta ahí. Pero como acababa de salir de su dichosa relación, no podía ser nada “oficial” porque aún tenía muchos rollos que resolver.
Un día cualquiera
Un día cualquiera sus miradas se cruzaron y bastaron pocos días, muy pocos, para entender que lo que dice la gente de la química o de la atracción es cierto. ¡Caramba, era sencillamente increíble sentir o anhelar su presencia! Sus días transcurrían entre almuerzos y breaks, cada instante era inolvidable e incomparable; podemos decir que los extremos son siempre malos y es verdad