• Confesiones
  • Fernanda

    Hola a todos, soy una chica de 22 años y hasta hace unos meses me consideraba heterosexual.
    La historia es la siguiente: hace unos meses, una de mis mejores amigas me solicitó ayuda en un trabajo de una semana. Mi amiga y yo vivimos en dos ciudades distintas, como a una hora de distancia.

  • Confesiones
  • Muros

    Tengo 21 años, casi 22, estudio el séptimo semestre de una carrera y el primer semestre de otra. Trabajo en las mañanas mientras lucho por recordar quién era. Voy a una clase extra entre el trabajo y la escuela. Solía sonreír a cada instante, solía ser coqueta, solía tener un cuerpo maravilloso, hoy solo trato que me alcance el cuerpo para seguir adelante. ¿Hasta dónde? No lo sé, aún no lo sé.

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  • Llegando a mis 30 años

    Últimamente, ya llegando a mis 30 años, he sentido más presión sobre mis hombros. En una comunidad en la que prima el machismo, desde pequeña te enseñan a jugar con la plancha y las ollas, primero sirven en la mesa a los hombres y no se puede ser una mujer completa si no te casas y tienes una familia, porque quién va ver de ti cuando estés vieja y no hay cosa más terrible que llegar a la tercera edad sola.

  • Confesiones
  • ¿A qué jugamos?

    El tipo con el que ahora “andaba” acababa de salir de una relación larga y estable, de esas donde los cogen de pendejos, les ponen a criar chinos ajenos y se avergüenzan de sus características físicas, de esas. El cuento es que después de tantas salidas y de declararnos un gusto mutuo, decidió lanzarse al ruedo; todo perfecto hasta ahí. Pero como acababa de salir de su dichosa relación, no podía ser nada “oficial” porque aún tenía muchos rollos que resolver.

  • Confesiones
  • Un día cualquiera

    Un día cualquiera sus miradas se cruzaron y bastaron pocos días, muy pocos, para entender que lo que dice la gente de la química o de la atracción es cierto. ¡Caramba, era sencillamente increíble sentir o anhelar su presencia! Sus días transcurrían entre almuerzos y breaks, cada instante era inolvidable e incomparable; podemos decir que los extremos son siempre malos y es verdad