• Confesiones
  • El olor del mar

    Estoy casado y tenemos unos sobrinos que son estupendos de carácter y suelen pasar por nuestra casa varios días, pues estamos junto al mar. Ella es rubia, alta y preciosa, de un tipo de cuerpo delgado pero hermoso. Me tiene loco, y ella sabe que me siento muy bien y ve quizás mi cara de idiota cuando la miro como diciéndole: “te comería a besos”.

  • Confesiones
  • No fui capaz

    No fui capaz. Colapsé y aún no me levanto. Hace quince días no fui capaz de dar un taller. Ni siquiera llegué porque me desmayé en el camino. Hace ocho días tampoco fui capaz; esa vez fui más inteligente y renuncié antes de salir de casa y, como la idea es ir aprendiendo, ahora cancelo con un día de anterioridad. Es ver mi peor pesadilla convertirse en realidad, día tras día.

  • Confesiones
  • Sobre la inocencia y el conocimiento

    Dicen que la falta de conocimiento no es ignorancia sino inocencia y yo estoy de acuerdo. Cuando somos niños carecemos del desgaste mental y emocional que dan las experiencias y metemos el dedo en el enchufe sólo una vez, después de ese “corrientazo” no repetimos. Crecer nos da todas las herramientas para repetir conscientemente nuestros errores, porque con el primero nunca es suficiente.

  • Confesiones
  • Yo confieso

    Confieso que me encanta el celador del edificio donde trabajo, es imposible no mirarlo. Le pongo como unos 28 años; tiene una cara de esas que miran con inocencia y a la vez con cierta malicia; es un poco más alto que yo y se nota que cuida su cuerpo. Se ha acostumbrado a saludarme […]