En tercera persona

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Esta historia es real y me pasó hace unos años, pero decidí contarla en tercera persona para que se viera desde otro contexto.

Eran aproximadamente las tres de la tarde cuando Cristian miraba el reloj. Justo era hora para encontrarse con la mujer que lo traía loco, ya llevaba dos meses tratando de conquistar a la bella mujer que lo había cautivado desde el primer momento en que la vio, pero para él salir con una experta era algo que le causaba mucho temor; sin embargo, sentía que se había enamorado de ella y, más que sexo, lo que él quería era sentirla entre sus brazos. Era muy confusa la situación porque ella fue la que, en un principio, tomó la iniciativa de tener una cita en la que iba a haber más que una charla y en la que sabían a qué lugar irían, un lugar poco convencional para una pareja de conocidos que no tenían una relación, pero sí estaban pensando tenerla. Sí, la invitación era a un motel.

Ella se llamaba Alicia y era una mujer decidida, que se había hartado de su novio y quería vivir una aventura con alguien que desde hace rato la estaba tratando de conquistar y, aunque ya habían salido un par de veces como amigos, él era una persona especial que siempre la llamaba y le enviaba mensajes. Cuando se dio cuenta de lo bien que besaba, no dudó de que era tiempo de hacerle realidad el sueño a aquel hombre, y le iba a regalar ese momento de pasión. Ella sabía que lo único que podían tener era una aventura, porque ella tenía novio y, aunque estaba lejos y se estaban dando un tiempo, no sintió que lo estuviera traicionando sino que era un desquite por tanto tiempo de dejarla sola y por la indiferencia que le estaba mostrando.

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Se arregló lo mejor que pudo, se vistió para la ocasión, montó en su vehículo y pasó a recoger a Cristian, quien esperaba cada minuto para por fin encontrarse con Alicia. Cristian estaba tan sin plata en ese momento que miraba en sus bolsillos a ver si lo poco que tenía le alcanzaba para pagar el motel, el cual no sería cualquier motel, sino que tendría que ser uno que estuviera a la altura de Alicia, quien trabajaba y se daba sus gustos. No hacía sino sentir pena por sí mismo, sentía morirse porque creía que iba a hacer el oso y es que Cristian era tres años menor que Alicia, y era menos estudiado que ella. Él no sabía por qué en ese momento pensó todo lo que nunca se le pasó por la cabeza cuando le mandaba todos esos mensajes de amor.

Estaba en su mundo cuando de repente escuchó la bocina del carro y, por un segundo, sintió un vacío en el estómago. Ella estaba muy tranquila y natural, pero en el fondo también le dio pánico y se estaba arrepintiendo, especialmente cuando en un momento él se sinceró y le dijo que lo disculpara porque no podía llevarla a un lugar que ella se mereciera, que solamente tenía para ir a un motel económico, por decirlo así, a un cuchitril. Sin embargo, ya era tarde y estaban entrando a unas residencias que ella había escogido, pues ya Alicia había ido en varias ocasiones a aquel lugar. Ella estaba resignada y no tenía más planes, así que le dijo que no había problema, que si a ella le tocaba completar no importaba, que estaban en pleno siglo XXI y que a veces las mujeres también invitaban.

Ya estando dentro del lugar, todo estaba muy bonito y muy elegante, había chocolates y, por supuesto, preservativos gratis, Cristian no tenía de qué preocuparse. Entonces, sin pensarlo, la besó apasionadamente, mientras le quitaba la ropa despacio. Entre cada beso y beso sentía pasar corriente por todo su cuerpo, pero lo que no sabía era que Alicia estaba más que arrepentida, pasando por un shock en su cabeza, y lo único que quería era salir corriendo de allí. Sentía tal desesperación que rogaba a dios que pasara “algo” y que no se acostaran, pues sospechaba que esa relación no iba a terminar en nada bueno y que tal vez se arrepentiría para toda la vida. Sonará raro, pero alguien la escuchó porque de repente Cristian se empezó a sentir mal, como cuando ves una película de terror y te da un susto enorme.

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Cuando contempló sus pechos, su cuerpo delgado y la vio completamente desnuda, le pareció muy hermosa, y pensó: “esto es mucha mujer para mí”. Ya había pasado un buen rato desde que se besaban y acariciaban, y Cristian no sentía nada allá abajo que le indicara que debía continuar a la siguiente base y culminar las ansias que desde hace rato lo atraían a esa hermosa mujer. Sin embargo, en un intento loco y apresurado, tratando de luchar contra la propia naturaleza y contra su organismo, pues se sentía como un impotente, trató y trató, y parecía que nada de lo que pensaba lo iba a concentrar. Entonces, lo peor sucedió: ella paró los besos y le preguntó si pasaba algo; era evidente que ella no veía la acción, no veía que este hombre desnudo tuviera una respuesta positiva con ella. Alicia sintió un alivio y dio gracias al cielo porque lo que ella deseaba estaba sucediendo. ¿Fue acaso suerte? La verdad no se sabe qué se podría pensar en un momento así.

Mientras tanto Cristian, más que decepcionado, arruinado y muerto en vida, sentía una pena enorme, no podía ver a Alicia a los ojos. Mientras ella se bañaba y aprovechaba algo de aquel motel, él quería que se lo tragara la tierra, y con el poco valor que tuvo se fue vistiendo poco a poco, fue acomodando el lugar y esperó a que ella se terminara de maquillar. Ella parecía estar muy tranquila, no se le veía para nada enojada ni tampoco burlona. Alicia asumió “eso” como algo que a veces pasa, y en ese instante trató de darle ánimo a Cristian y le dijo algunas palabras para que no se sintiera mal. Después de pagar la cuenta y dejar el lugar, Alicia se despidió fríamente de Cristian y lo dejó cerca de su casa. Él se bajó humillado y avergonzado sin poder creer que hubiera perdido la oportunidad de estar con la mujer que lo trasnochaba.

Desde aquel momento no volvieron a hablar, y días más tarde Cristian no pudo más y evitó todo contacto con ella, tanto así que nunca la volvió a llamar y cambió de número celular.

-Anónim@

Imágenes:

Digital Art: Unknown

Photography by Tim Walker


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1 Comment

  1. JUAN says: Responder

    ¿Como sabía que ella no quería que sucediera?

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