No le temo a mi stalker

A veces, veo a mi stalker siguiéndome a una distancia prudencial midiendo sus pasos para nunca estar tan cerca. A veces, mientras estoy sentada en algún lado leyendo, pasa al frente mío sin mirarme como si fuera casualidad; pero él y yo sabemos que en una ciudad de más de siete millones de habitantes, eso resulta casi imposible ¿o no? Así, que yo sigo pretendiendo que no me he dado cuenta y él que se encuentra a salvo. Total, el juez ya se lo advirtió; si llego a conseguir una sola prueba de su transgresión a la caución que le levantaron después de que lo denuncié, entonces, habrá un proceso penal. No es que valga de mucho, a lo sumo le darán un par de meses. Pero yo sé que la idea de dejar de verme aunque sea por poco tiempo, le parece insoportable. Es mi stalker.

flora-borsi-animeyed-self-portraits-designboom-05

Así que yo me valgo de eso, y a veces volteo de improviso sólo para imaginarme el micro infarto que le da, el salto de pánico que pega para esconderse o disimular. Y entonces, desaparece por unos días hasta que se le quita el susto, recobra confianza y me vuelve a seguir. Yo ya no le tengo miedo, esa palabra me la quité a la fuerza el día que me dio un ataque de pánico y pensé que me iba a morir, no porque él me atacara sino porque la angustia me produjo un ataque de asma que casi acaba conmigo. Ese día, mientras trataba de meter oxígeno en mis pulmones a punta de bocanadas que parecían intentos fallidos de un pez fuera del agua, me prometí a mí misma que este juego lo ganaba yo o me moría en el intento.

Entonces, me matriculé en la universidad otra vez. Me compré ropa bonita, me arreglé el pelo, abrí mis redes sociales y me dediqué a vivir. Tengo cuidado, claro, no cambio contraseñas cada siglo como la gente normal, sino cada semana. Sigo una rutina que incluye cambiar de rutas, no contestar llamadas de números desconocidos, no andar sola y sobre todo contarle a todo pero a todo el mundo con foto en mano y una cerveza, quién es él. Así cuando lo reconocen, él se siente más asustado que yo. Sabe que nadie le va a hacer daño físico pero lo van a mirar con desconfianza y me van a llamar a mí o van a comentar con alguien: – Ese es el stalker de Sofía. Algunos lo insultarán con los ojos, otros lo mirarán con desprecio, quizás a algunos hasta les de miedo, pero todos absolutamente todos le harán saber que no estoy sola, y en cambio, él sólo puede vivir a través del espejismo que se imagina de mi vida y que gracias a eso, es el ser más patético de la tierra.

 

Fotografías: Self-portraits by Flora Borsi

http://www.floraborsi.com/


Sigan enviando sus historias. Recuerden que también nos encuentran en Facebook (BlogSoyAnonimo) y en Twitter (@BlogSoyAnonimo).

Para publicar una historia anónima en nuestro blog, pueden dejarla anónimamente en nuestro formulario, o escribir un correo a [email protected]. No olviden nuestras normas de convivencia.

— Equipo Soy Anónimo

2 Comment

  1. María Fernanda Méndez García says: Responder

    Outstanding job! beyond excited to read every update 🙂 btw: love the way you write, always on point.

    1. Lina Parra says: Responder

      Thanks for your comment! This is a very meaningful story for me. People has been very generous with their stories. I hope you share one with us someday and keep reading us

Deja una respuesta