Atención: Algunas confesiones pueden contener material inapropiado para menores de edad.
La razón contra la pasión, lo que se debe hacer versus lo que se quiere hacer. Es genial cuando lo que debes y lo que quieres coincide, pero cuando no, es una vaina jodida, sobre todo si tiene que ver con el amor: ese amor enfermizo y estancado que te deja sin alma, sin ganas de seguir.
La conocí en el trabajo. Desde que la vi me pareció una mujer atractiva, pero sólo eso. No tenía la menor intención de involucrarme sentimentalmente con ella, o, al menos, era lo que mi razón decía, pero mi corazón indicó lo contrario. A los pocos meses de trabajar juntos nos hicimos buenos compañeros, almorzábamos juntos y departíamos en la oficina; luego, salíamos de vez en cuando a comer, y no sé en qué puto momento empezó a gustarme, me encantaba pasar tiempo con ella. ¡Mierda!
En este punto debo decir cuál es el meollo del asunto. Yo: nerd, tímido, me encanta leer, poco expresivo, cero rumba, poco alcohol, eso sí, simpático, no lo voy a negar. Ella: espontánea, risueña, no le gusta leer, mucha rumba, alcohol por encima del promedio, 1,70 metros de estatura que me traen loco y de una belleza como para que todos en el trabajo le intenten caer. Y sí, eso hicieron; todos le cayeron como aves de rapiña. ¿Ya ven cuál es el problema? Somos muy diferentes. Mi razón me dictaba que una mujer como ella no me convenía, que un tipo tan aburrido como yo jamás le gustaría, que una relación entre nosotros no funcionaría. Un millón de razones para no intentar nada, quedarme sano y esperar a que el tiempo hiciera lo suyo y se me pasara. ¿Quién sabe? Tal vez era solo un capricho. Peeeeeero, soy una hueva e hice todo lo contrario.
Después de varias salidas inocentes, me decidí a hacer algo más formal: la invité a un restaurante un viernes por la noche, estaba decidido a decirle todo lo que sentía por ella y a terminar con la incertidumbre de saber si ella sentía o no algo por mí. Al terminar la cena, le pregunté si quería tomar una cerveza y accedió. Entre charla y charla hice un paréntesis y le dije que le tenía que decir algo. Tomé un sorbo largo de cerveza y le dije que me gustaba. Sí, sólo eso, le dije: “Tú me gustas”. Así, sin mediar más palabra. Un baldado de agua fría. Y pues, como era de esperarse, continuó con la ronda de preguntas habituales de las mujeres ante una declaración de este tipo: “¿Desde hace cuánto te gusto? ¿Qué es lo que te gusta de mí? ¿Lo que hiciste por mí aquel día era porque te gustaba?”. Luego de salir ileso del interrogatorio, me comentó que había un tipo que le gustaba un poco, pero que la trataba mal, se perdía varios días y consumía drogas. No vi amenaza en ello, yo sería aquel que la trataría bien todo el tiempo, sería atento con ella y haría que se olvidara de él. No había punto de comparación entre ese tipo y yo.
Acto seguido, me acerqué para darle un beso sin consultárselo, algo que jamás había hecho por timidez. No, no me refiero a dar un beso, me refiero a no pedir permiso. Para mi sorpresa, ella lo respondió. En ese momento sonaron los fuegos artificiales en el cielo y música de Coldplay de fondo, y había valido la pena el jurgo de plata que gasté en ese restaurante.
Pero como esta historia no puede tener final feliz, a la semana me dijo que había vuelto a ver al tipo y que estaba confundida, que lo mejor era que dejáramos las cosas así y que no cambiara con ella. Y yo, sin mucho por decir y mucho menos por hacer, accedí a su sugerencia. Pensé que se me pasaría pronto, pero cada día me gusta más y me lo reprocho. Somos unas huevas, ella por andar detrás de un hombre que no la valora, y yo por andar detrás de ella. Por eso la odio, por eso me odio.
-Anómin@
Imágenes:
“Incantation” by Zeen Chin
https://www.facebook.com/zeen.art.space/
“Moth” by nabinalgae
http://len-yan.deviantart.com/gallery/
No olviden dejar sus comentarios, por favor sigan enviando sus historias. Recuerden que también nos encuentran en Facebook (BlogSoyAnonimo) y en Twitter (@BlogSoyAnonimo)
Para publicar una historia anónima en nuestro blog, pueden dejarla anónimamente en nuestro formulario, o escribir un correo a [email protected]. No olviden nuestras normas de convivencia.
También nos encuentras en Facebook: Soy Anónimo y Twitter: @BlogSoyAnonimo
— Equipo Soy Anónimo
Dirección General: Omar Gamboa @OmarGamboa
Editora: Lina M. Parra @wildlina
Correctora de estilo: Daniela Echeverry @faerica
ESO SIEMPRE VA HA SER ASÍ, UNO NO ENTIENDE PORQUE A LAS VIEJAS LES GUSTAN LOS QUE LES JODEN LA VIDA Y RECHAZAN A QUIENES LES OFRECEN EL CIELO, ESPERO QUE NO TENGA QUE CONOCER EL INFIERNO POR CULPA DE LO QUE SIENTE