La verdad es que necesito alguien con quien hablar, pero ya no sé con quién. Sonará estúpido, pero tengo varios amigos cercanos, una familia grande, hasta una novia que amo y pues ella a mí, pero viví con mi papá y mi hermano mayor por tres meses y jamás había sido tan infeliz en mi vida.
tristeza
Fernanda

Hola a todos, soy una chica de 22 años y hasta hace unos meses me consideraba heterosexual.
La historia es la siguiente: hace unos meses, una de mis mejores amigas me solicitó ayuda en un trabajo de una semana. Mi amiga y yo vivimos en dos ciudades distintas, como a una hora de distancia.
Pequeñas confesiones #01

Hola, soy señorita-azul y me siento sola. Cada vez que voy con mi grupo de «amigos» me hacen sentir que solo hay que hacer lo que ellos quieren y piden una opinión pero ni la escuchan. Siempre se va donde ellos quieren, sobre todo porque son los que tienen coche.
Muros

Tengo 21 años, casi 22, estudio el séptimo semestre de una carrera y el primer semestre de otra. Trabajo en las mañanas mientras lucho por recordar quién era. Voy a una clase extra entre el trabajo y la escuela. Solía sonreír a cada instante, solía ser coqueta, solía tener un cuerpo maravilloso, hoy solo trato que me alcance el cuerpo para seguir adelante. ¿Hasta dónde? No lo sé, aún no lo sé.
Desde Santiago

Mi historia es de muchos altos y bajos, de alegrías y tristezas. Nunca he escrito pero sentí en mi corazón que debía hacerlo. Me casé muy pequeña, a los 14 años, y sufrí calamidades y horrible maltrato junto con mis hijos.
PODCAST Sexting

Es para nosotros un orgullo contarles sobre el nuevo capítulo que se abre en la historia de Soy Anónimo. Durante las clases de nuestro director @OmarGamboa en la Universidad Externado de Colombia surge la idea de iniciar la primera temporada de Soy Anónimo el podcast.
Payaso triste

Soy de esas pocas personas que nacimos para ayudar y hacer felices a quienes nos rodean. Si bien hubo un tiempo en el que hacer feliz a otra persona bastaba para seguir
No llego a una conclusión

He reflexionado últimamente sobre mi situación y, como de costumbre, no llego a una conclusión. Tengo un objetivo, una determinación que me levanta aun cuando ya estoy derrotado. Tenía 11 años cuando decidí terminar con mi vida.
No fui capaz

No fui capaz. Colapsé y aún no me levanto. Hace quince días no fui capaz de dar un taller. Ni siquiera llegué porque me desmayé en el camino. Hace ocho días tampoco fui capaz; esa vez fui más inteligente y renuncié antes de salir de casa y, como la idea es ir aprendiendo, ahora cancelo con un día de anterioridad. Es ver mi peor pesadilla convertirse en realidad, día tras día.
Yo confieso

Confieso que me encanta el celador del edificio donde trabajo, es imposible no mirarlo. Le pongo como unos 28 años; tiene una cara de esas que miran con inocencia y a la vez con cierta malicia; es un poco más alto que yo y se nota que cuida su cuerpo. Se ha acostumbrado a saludarme […]