Hola a todos, soy una chica de 22 años y hasta hace unos meses me consideraba heterosexual.
La historia es la siguiente: hace unos meses, una de mis mejores amigas me solicitó ayuda en un trabajo de una semana. Mi amiga y yo vivimos en dos ciudades distintas, como a una hora de distancia.
confesión
Pequeñas confesiones #01
Hola, soy señorita-azul y me siento sola. Cada vez que voy con mi grupo de «amigos» me hacen sentir que solo hay que hacer lo que ellos quieren y piden una opinión pero ni la escuchan. Siempre se va donde ellos quieren, sobre todo porque son los que tienen coche.
Payaso triste
Soy de esas pocas personas que nacimos para ayudar y hacer felices a quienes nos rodean. Si bien hubo un tiempo en el que hacer feliz a otra persona bastaba para seguir
Llegando a mis 30 años
Últimamente, ya llegando a mis 30 años, he sentido más presión sobre mis hombros. En una comunidad en la que prima el machismo, desde pequeña te enseñan a jugar con la plancha y las ollas, primero sirven en la mesa a los hombres y no se puede ser una mujer completa si no te casas y tienes una familia, porque quién va ver de ti cuando estés vieja y no hay cosa más terrible que llegar a la tercera edad sola.
¿A qué jugamos?
El tipo con el que ahora “andaba” acababa de salir de una relación larga y estable, de esas donde los cogen de pendejos, les ponen a criar chinos ajenos y se avergüenzan de sus características físicas, de esas. El cuento es que después de tantas salidas y de declararnos un gusto mutuo, decidió lanzarse al ruedo; todo perfecto hasta ahí. Pero como acababa de salir de su dichosa relación, no podía ser nada “oficial” porque aún tenía muchos rollos que resolver.
El olor del mar
Estoy casado y tenemos unos sobrinos que son estupendos de carácter y suelen pasar por nuestra casa varios días, pues estamos junto al mar. Ella es rubia, alta y preciosa, de un tipo de cuerpo delgado pero hermoso. Me tiene loco, y ella sabe que me siento muy bien y ve quizás mi cara de idiota cuando la miro como diciéndole: “te comería a besos”.
Ciertas cosas extremas
Un día con los compañeros de trabajo hablábamos acerca de las cosas más extremas que habíamos hecho durante nuestras vidas, y mientras se hablaba de toda una gama de deportes extremos, a mi pensamiento llegó una experiencia que, aunque no es un deporte extremo, sí era algo que se catalogaría como tal: el intercambio de parejas.
No llego a una conclusión
He reflexionado últimamente sobre mi situación y, como de costumbre, no llego a una conclusión. Tengo un objetivo, una determinación que me levanta aun cuando ya estoy derrotado. Tenía 11 años cuando decidí terminar con mi vida.
Caminos equivocados
El ambiente tosco y hostil, penumbra en el umbral, la melancolía inmersa en las palabras desafiantes de un silencio. Todo abruma, la felicidad corre por los caminos equivocados, se aleja. Y ella está allí, envuelta entre tanto escombro movedizo. Un día más en la universidad y la vida se le hace tediosa. Lo que una vez amó ahora se convierte en su tortura.
En tercera persona
Esta historia es real y me pasó hace unos años, pero decidí contarla en tercera persona para que se viera desde otro contexto. Eran aproximadamente las tres de la tarde cuando Cristian miraba el reloj. Justo era hora para encontrarse con la mujer que lo traía loco …